Se decía a modo de broma, pero es para empezar a pensar si la cosa va en serio. A Harry Kane parece perseguirle una maldición, pues en toda su carrera profesional no ha sido capaz de levantar ningún título, siendo la última decepción seguramente la más amarga, al caer Inglaterra en la final de la Eurocopa frente a España.
Más dolorosa incluso que la de Wembley. Porque no hay que olvidar que para los ‘pross’ se repite la historia solo tres años después. En esa ocasión, también en la final, fueron los italianos los que machacaron el sueño del capitán inglés en la tanda de penaltis en su país.
Ni siquiera anotar 351 goles han valido para que Kane ganara una mísera copa. Es cierto que el haber jugado toda su carrera en el Tottenham le ha dificultado el haber estado más cerca de lograr alguno, por la seria competencia que ha tenido en Inglaterra, pero todo parecía que se iba a poner fin esta temporada tras su fichaje por el Bayern de Múnich, acostumbrado a ganar todo en Alemania.
Ha sido fichar a Kane y que el gigante bávaro rompiera una racha histórica en la Bundesliga, destronado por le Bayer Leverkusen, y tampoco se llevara ni siquiera la DFB Kup, acabando absolutamente de vacío. Ha sido seguramente Harry el menos culpable de ese hecho, y a la vista están sus estadísticas, pero lo cierto es que algo extraño sucede allí.
Con esta derrota frente a España, es la quinta final que Kane termina perdiendo. En concreto ha sido otra de la Eurocopa 2020 ante Italia, dos de Copa de la Liga ante Chelsea (2014/15) y Manchester City (2020/21) y una final de la Champions League frente al Liverpool (2018/19).