Historia. España se convirtió en la primera selección en lograr su cuarta Eurocopa tras doblegar a Inglaterra en la final de Berlín (2-1). Los de Luis de la Fuente se impusieron en un duelo disputado hasta el final gracias a los goles de Nico Williams, a pase de Lamine, y Oyarzabal, al que asistió Cucurella después de que su amigo Palmer hubiera empatado. Justicia. La Roja es merecidamente campeona de Europa e inaugura una nueva era futbolística.
España, captando el mensaje de De la Fuente, sabía que tenía que ser más reconocible que nunca para intentar superar a un rival que se plantó en la final sin jugar bien, sacando los partidos a regañadientes y con una dosis importante de fortuna. Los ‘pross’ sabían que debían esperar su momento. Ordenados, juntos, sufriendo como en cada eliminatoria anterior. Nada nuevo para los ingleses, que ya desde la previa habían regalado el cartel de favorito al equipo de Luis de la Fuente.
La selección española, con su once de gala, salió sin miedo, como si fuera un partido más. Nada especial. Mordió de inicio, agresiva, teniendo el balón y encerrando a Inglaterra en su propio campo. Southgate sorprendió con un cambio de esquema, con cuatro atrás, Bellingham por la izquierda para controlar a Carvajal y Foden por dentro y a los suyos les costó situarse.
El peligro hispano llegaba por la izquierda, con Cucurella, de nuevo abucheado, y Nico Williams, que tuvo la mejor ocasión de la primera parte antes del cuarto de hora. En una acción vertical de la nueva España, Cucu combinó con Fabián que tiró el balón largo, al espacio, para que corriera el delantero del Athletic. Nico se plantó dentro de Pickford, pero su disparo lo bloqueó Stones, que estuvo rapidísimo.
A los cuatro de arriba les faltaba frescura y España notó que no era un partido más en una primera llegada por la derecha de Shaw que despejó Laporte. Aviso de los ingleses, que reaccionaron. Foden puso a prueba Unai con un tiro desde la izquierda tras una balón prolongado por Le Normand y Rodri, que lideraba a la Roja como de costumbre, bloqueó dos balones a Kane. El mediocentro del City estuvo especialmente providencial en el segundo, antes de acabar el primer tiempo, pero en esa acción se torció la rodilla.
Rodri KO al descanso
Alarma en España. El eje del equipo, por donde pasa todo, no pudo volver tras el intermedio y entró Zubimendi. El equipo tampoco estaba cómodo y la baja de Rodri podía ser decisiva. Pero las dudas y los miedos se acabaron rápido.
Lamine y Nico Williams soplaron las velas esta semana y pidieron su deseo. La fiesta tuvo que esperar, pero no querían que nadie ni nada se la arruinara. Así que, sin Rodri, tocaba dar un paso al frente. Y en la primera acción del segundo tiempo, Lamine apareció por dentro para recoger un balón de Carvajal. El azulgrana condujo mientras Olmo arrastraba a los centrales y dejaba el espacio para que Yamal se la diera a su hermano mayor. Nico entró con todo para aprovechar el regalo. Disparo cruzado de Williams Jr para marcar el 1-0.
El tanto dio alas a la Roja y Zubimendi se disfrazó de Rodri demostrando que es una muy buena alternativa. España tuvo dos acciones consecutivas para marcar el segundo. Una de Olmo y otra de Morata, que se crearon bien el espacio, pero tiraron demasiado cruzado. Aunque la más clara fue de Lamine. Le asistió Olmo en otra transición, pero Pickford reaccionó bien sacando una gran mano abajo.
Inglaterra había asustado con un tiro ajustado de Bellingham, que fue clave para que los británicos empataran. Dejó atrás para Palmer, que acababa de entrar, y el delantero del Chelsea disparó abajo. Unai, muy tapado, no llegó y los de Southgate igualaron la final.
España debía reaccionar de nuevo. Y aparecieron otra vez Nico y Lamine, aunque con los papeles cambiados. Asistió Nico y Lamine perdonó chutando centrado. Pero fueron los soldados de De la Fuente quien salieron al rescate a cuatro minutos del final. Sus apuestas de siempre. Olmo filtró para Oyarzabal, que se la dio a Cucurella, que se la tenía guardada a Gary Neville. El lateral izquierdo, de primeras se la devolvió y el delantero de la Real puso la bota para marcar el 2-1 definitivo.