La selección argentina hizo historia en el Estadio Maracaná al vencer por 1 a 0 a Brasil con un gol de cabeza de Nicolás Otamendi, lo que significó la primera derrota de la Verdeamarela en condición de local en Eliminatorias Sudamericanas tras 65 presentaciones en casa.
Aunque por estas horas uno de los temas centrales ronda en lo que sucederá alrededor de Lionel Scaloni luego de poner en duda su continuidad como director técnico, otro de los focos de la jornada fue un nuevo capítulo de violencia protagonizada por la policía brasileña, quienes reprimieron de manera salvaje a la parcialidad albiceleste en la previa al inicio del partido.
Producto de este ataque, primero el plantel argentino se acercó a las gradas con la intención de apaciguar los embates de los uniformados contra el público. Al ver que la situación no mermaba, el capitán Lionel Messi decidió retirar al equipo del campo de juego y marcharse rumbo al vestuario debido a la brutal represión a los hinchas albicelestes. “Así no jugamos”, soltó la figura del Inter Miami.
Tras recibir las garantías pertinentes, el plantel retornó al estadio para iniciar el encuentro. Justamente en ese momento se produjo un encontronazo entre la Pulga y Rodrygo, la principal figura de Brasil ante las bajas por lesión de Neymar y Vinicius Jr. El joven delantero del Real Madrid se acercó para increpar al ocho veces ganador del Balón de Oro por su actitud.
Estas palabras no fueron bien recibidas por parte de Lionel Messi, quien lo enfrentó y lo palmeó en la nuca mientras le contestaba junto a Rodrigo De Paul. Según afirmó el canal argentino TyC Sports, una de las respuestas que lanzó el ex Barcelona y PSG ante las acusaciones del brasileño habría sido: “Si somos campeones del mundo, ¿por qué somos cagones?”.
El 10 le rememoró a Rodrygo lo acontecido hace casi un año en el Mundial de Qatar 2022, donde la Scaloneta bordó la tercera estrella en su escudo luego de vencer por penales a Francia en la final. Brasil, por su parte, fue eliminada ante Croacia en cuartos de final. Si la Verdeamarela hubiese ganado su choque contra los balcánicos, se hubiera enfrentado a Argentina en semifinales.
“Lo vivimos mal porque vimos cómo le estaba pegando a la gente, como pasó en la final de la Libertadores, reprimiendo a la gente con los palos. Había jugadores que tenían familiares ahí y uno piensa en el familiar que está ahí, que no sabés bien qué está pasando y está más pendiente de eso que jugar un partido que era secundario”, expresó el capitán argentino tras el histórico triunfo 1-0 en el Maracaná en referencia a esos brutales incidentes en las tribunas.
Durante la charla, el futbolista también explicó por qué se fueron de la cancha: “Nos fuimos a los vestuarios porque era la manera de que se tranquilice el tema. Vimos cómo le pegaban a la gente, cómo los tiraban para atrás y podría haber pasado una desgracia. Cuando se calmó un poco todo decidimos ir para adentro, preguntamos cómo estaban los familiares, averiguamos cómo estaba todo y después salimos”.
Aunque pasaron algunos minutos, el enojo de Lionel Messi sobre lo acontecido en la previa quedó en evidencia en su posteo de Instagram: “Este equipo sigue haciendo historia… Gran victoria en el Maracaná aunque quedará marcada por la represión a los argentinos una vez más en Brasil. ¡Esto no se puede tolerar es una locura y se tiene que terminar ya!”.
En Brasil, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) salió al cruce de la versión que había planteado el coronel Ferreira, Jefe del batallón policial, quien advirtió que los problemas en las tribunas surgieron a raíz de la venta de entradas mixtas. “Otros partidos entre Brasil y Argentina, incluso con mayor atractivo, como la semifinal de la Copa América 2019, también se jugaron con afición mixta”, sentenciaron.
Todos estos sucesos opacaron lo que fue una gesta histórica de Argentina, que terminó con una racha que ostentaba Brasil con 65 partidos sin perder en condición de local por Eliminatorias: 51 victorias, 13 empates, 173 goles a favor y 29 en contra. Incluso el medio O’Globo marcó una estadística más sobre esto: en sólo cinco partidos la Verdeamarela no había anotado goles.