Kiké Hernández ha llegado a los diez años de servicio en la MLB, un logro significativo que va más allá del terreno de juego, considerando los desafíos que ha enfrentado entre canjes, lesiones, y cambios tanto físicos como mentales. Este hito no pasó desapercibido para el boricua ni para los Dodgers, quienes se aseguraron de celebrarlo de manera memorable.
Mientras celebraba este logro, Hernández fue recibido en su casa por su esposa, hermanas, padres y perros para conmemorar el momento.
Una vez que llegó al estadio y se encendieron las luces, Hernández demostró por qué ha logrado mantenerse en las Grandes Ligas durante tanto tiempo. Su capacidad para cumplir en situaciones importantes quedó evidenciada en la noche del sábado, cuando tuvo una actuación destacada.
En el noveno capítulo, conectó un jonrón que empató el juego ante el ex cerrador de los Dodgers, Kenley Jansen. Luego, en el décimo, volvió a empatar el juego con un sencillo productor, y finalmente, en la undécima entrada, anotó la carrera de la victoria gracias a un sencillo de Will Smith con las bases llenas.
De acuerdo con OptaSTATS, nadie más en la historia de la MLB ha logrado las siguientes tres hazañas en la novena entrada o más adelante en un mismo juego:
Conectar un jonrón que empata el juego (noveno inning).
Tener otro hit que empata el juego (décimo inning).
Anotar la carrera ganadora (undécimo inning).
Esta temporada no ha sido fácil ofensivamente para Kiké, quien llegó al juego del sábado bateando por debajo de .200 y con solo 23 apariciones al plato en julio. Sin embargo, en esta ocasión, salió de la banca y logró contribuir de manera crucial para los Dodgers, disfrutando de su día especial.