Mays, partió del plano terrenal este miércoles por la noche a sus 93 años de edad. La noticia fue un balde de agua fría para todos los amantes y seguidores del beisbol a nivel mundial.
En consecuencia de ello, el tambien «Hall Of Fame» de las Grandes Ligas, Ken Griffey Jr. emitió un comunicado horas después de la noticia, lamentando el hecho. Agregando que Mays, fue uno de sus ídolos más grandes en su infancia y vida deportiva.
«… Estoy devastado, tengo el corazón roto. He sido afortunado de conocer a Willie desde que yo era un niño y mi apreciación sobre él, solo fue creciendo con el pasar de los años. Desde sus historias, videos y luego poder conocerlo. Era un verdadero gigante dentro y fuera del terreno. Una persona que veía y respetaba… un amigo. Siempre tenía tiempo para mi, cuando necesité hablar con alguien. Lo consideraba como un tío y para mi… él siempre será el padrino de todos los jardineros centrales», escribió Griffey Jr.
Willie Mays, uno de los mejores jugadores de béisbol de todos los tiempos, murió el martes a la edad de 93 años.
«Mi padre falleció en paz y entre sus seres queridos… Quiero agradecerles a todos desde el fondo de mi corazón roto por el amor inquebrantable que le han mostrado a lo largo de los años. Han sido la sangre de su vida», dijo Michael Mays en un comunicado difundido por los Gigantes.
Pocos jugadores igualaron la brillantez multifacética de Mays, quien ocupa el sexto lugar de todos los tiempos con 660 jonrones y ganó 12 Guantes de Oro por su defensa en el jardín central, que ayudó a convertir en la posición más glamorosa del juego en la década de 1950, cuando él, Mickey Mantle y Duke Snider jugaron en clubes de Nueva York. Mays se convirtió en el primer jugador en superar los 300 jonrones y las 300 bases robadas en 1969, lo que refleja su combinación ideal de poder y velocidad.
Sin lugar a dudas, una pérdida para el béisbol que jamás será reparada.
