El domingo pasado, durante un juego controvertido en Wrigley Field, Edwin Díaz, el cerrador de los Mets de Nueva York, fue expulsado antes de lanzar un solo lanzamiento debido al uso de sustancias prohibidas. Los umpires detectaron de manera evidente en sus manos algo que parecían sustancias extrañas, lo que llevó a su expulsión inmediata del juego.
Posteriormente, se confirmó que Edwin Díaz recibiría una suspensión de 10 juegos por parte de la MLB como consecuencia de este incidente. Aunque Díaz podría optar por apelar la suspensión, la situación parece complicada dada la evidencia visible y las reglas claras de la liga con respecto al uso de sustancias prohibidas.
Durante la transmisión del juego, se mostraron imágenes claras de la mano de Díaz con sustancias visibles, lo que reforzó la decisión de los umpires. Aunque Díaz afirmó que no estaba usando nada que no hubiera utilizado antes, los umpires fueron firmes en su evaluación de que las sustancias detectadas no eran legales según las normativas de la MLB.
A pesar de que los Mets lograron obtener una victoria en ese juego, la expulsión de Díaz fue un punto negativo significativo. El manager del equipo, aunque resignado, reconoció que las reglas son las reglas y que el castigo era inevitable.
Esta situación pone al equipo y al propio Edwin Díaz en una posición difícil, afectando su disponibilidad para futuros juegos y generando repercusiones tanto en el equipo como en la reputación del jugador.
