Su alteza real despertó el desagrado del público al estar vinculado al caso de Sean ‘Diddy’ Combs
Tal parece que la realeza británica no tiene descanso y en medio de la angustia que sufre por el cáncer diagnosticado al rey Carlos III y posteriormente a la princesa de Gales, Kate Middleton, ahora es el príncipe Harry el que pone a temblar a la monarquía luego que destaparan la olla sobre su posible vínculo con el rapero Sean ‘Diddy’ Combs, acusado de violación, tráfico sexual y agresión.
Esta semana, los federales de los Estados Unidos allanaron la mansión del artista anteriormente conocido como Puff Daddy, allí encontraron documentos que al parecer meten en problemas a unos cuantos, entre ellos el hijo del rey de Inglaterra. En la demanda, Harry no es mencionado propiamente pero sí es tildado de una persona de alto nivel a la que el rapero tenía acceso y lo invitaba a las fiestas, aunque no hay pruebas de que tenga algo que ver con esos negocios sucios.
“Entre los beneficios financieros que los acusados recibieron por participar y facilitar la empresa de tráfico sexual de Combs, fueron la afiliación y el acceso a la popularidad del Sr. Combs. El Sr. Combs era conocido por organizar las ‘mejores’ fiestas. La afiliación o el patrocinio de las fiestas de tráfico sexual del Sr. Combs les otorgaron la legitimidad y acceso a celebridades”, se lee en el documento.
“Atletas famosos, figuras políticas, artistas, músicos y dignatarios internacionales como el príncipe Harry”, prosigue en la documentación que salió a la luz recientemente. Pese a que el esposo de Meghan Markle no colaboró en los malos pasos de Sean Diddy, y tampoco hizo parte de sus hechos delictivos, pero su relación con el artista deja mucho que desear.