El 22 de septiembre de 2002, Ernestina Sodi y su hermana Laura Zapata fueron víctimas de un secuestro en la Ciudad de México.
Un evento que acaparó la atención nacional y se convirtió en uno de los casos más conocidos de la época.
La familia Sodi, que ya gozaba de reconocimiento por su influencia en los medios artísticos y culturales.Paquetes de vacaciones en familia
Se vio envuelta en una situación angustiante que se reflejó en los titulares y programas de televisión de aquel momento.
Este episodio marcó un antes y un después en la vida de ambas mujeres y dejó huellas imborrables en su entorno familiar.
Durante el secuestro, Laura Zapata fue liberada primero, después de 18 días, mientras que Ernestina Sodi permaneció en cautiverio durante 34 días.
Las hermanas enfrentaron condiciones difíciles y desafiantes, viviendo con la constante amenaza y el temor por sus vidas.
Este periodo dejó en ambas un profundo impacto psicológico que llevó a cada una a procesar el trauma de formas distintas.
Ernestina, en particular, llegó a describir sus días de cautiverio como una experiencia aterradora que cambió por completo su forma de ver el mundo.
El evento también desencadenó tensiones dentro de la familia, especialmente con Thalía, la cantante y actriz internacionalmente conocida, hermana menor de Ernestina y Laura.